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Tomar fotos en modo manual es como conducir un carro sincrónico. Puede resultar abrumador al principio: encender, embrague, acelerador, cambiar la velocidad, sacar el acelerador, pisar el embrague, cambiar la velocidad, volver a encender el carro porque se te apagó en alguno de los pasos anteriores.
Debes prestar atención a muchas cosas al mismo tiempo y tienes que lograr la sincronía entre ellas para que el carro se mueva. Pero una vez que lo logras, tienes mucho más control del vehículo y de tu experiencia en él. Así ocurre con el modo manual de tu cámara.
Hay tres factores que debes conocer del modo manual que te permitirán lograr imágenes mucho más interesantes y explorar posibilidades de creación más amplias.
Controlarlos todos al mismo tiempo podría parecer una hazaña de física cuántica, pero verás que con estos tips será mucho más sencillo ponerlos en práctica.
Aquí vamos.
ISO: sensibilidad
Este primer factor se refiere a la sensibilidad del sensor. Sí, es redundante, pero así lo entendemos mejor. En palabras un poco más técnicas, el ISO es el número que indica la capacidad que tiene el sensor de tu cámara para captar la luz. Seguramente lo has visto en la pantalla de tu cámara digital, suele verse así:
Cuando tomas una foto, lo que estás capturando es la información de la luz, y el sensor de tu cámara se encarga de procesarla como una imagen. El ISO te permite controlar la cantidad de luz que el sensor recibe, mientras más alto el número que ves en tu pantalla, más luz está recibiendo el sensor.
La cosa funciona así: mientras más valor de ISO le des a tu foto, mayor cantidad de luz tendrá tu imagen. Si estás en una situación bien iluminada o con mucha luz, es recomendable mantener el ISO bajo, para evitar imágenes sobre expuestas o con ruido. Sí, ruido.
El ISO te permite encontrar luz en situaciones oscuras, pero como bien sabemos, nada es gratis en la vida y todo tiene que mantener su equilibrio cósmico; así que subir el ISO para que tu imagen tenga luz, puede tener otra consecuencia: ruido.
Este término se refiere a los granos que vemos en algunas fotografías, y últimamente en muchos filtros de Instagram. En estas fotografías que te pongo de ejemplo, puedes verlo más claramente.
Esta primera fotografía que tomé con ISO 1600 quedó con un ligero ruido, quizá poco aparente, pero fíjate en el acercamiento:


La segunda foto, en cambio, la tomé con ISO 100 y puedes ver la diferencia en los contornos. Son mucho más suaves y limpios, no tienen ruido ni granos.
Puedes ver en el borde de la biblioteca que la imagen se difumina, los límites no están tan bien definidos, como si la foto la conformaran pequeños granitos.
De manera que, en una situación con iluminación suficiente para que se vean los detalles de lo que quieres fotografiar, el ISO 100 mantiene la luz sin sacrificar la suavidad ni, si se quiere, la limpieza de la imagen. Si por el contrario estás en una situación menos iluminada o quieres jugar con la posibilidad de una foto granulada, ¡a subir el ISO!

Velocidad: luz y movimiento
El segundo factor que nos interesa es la velocidad. ¿De qué? Pues, del obturador. Para no entrar en detalles muy técnicos, imagina que el obturador es como la persiana que accionas cuando presionas el botón para tomar la foto, que permite – o impide – que pase la luz al sensor. Si la persiana se abre y cierra rapidísimo, será poca la luz que reciba el sensor. Si, por el contrario, dejamos abierta la persiana unos segundos, entrará muchísima más luz.
Pero vamos por partes, la velocidad del obturador suele verse así en la pantalla de tu cámara:
Mientras menor sea el número que acompañe al 1 de esa fracción, más tiempo pasará la persiana abierta y, por ende, el sensor percibirá más luz y más movimiento. Las velocidades altas suelen ser más utilizadas, ya que congelan el momento con rapidez y reducen las posibilidades de que las fotos salgan movidas. Te preguntarás, “¿cómo puedo evitar el movimiento indeseado en una foto tomada con velocidad lenta?” Usando un trípode o ubicando la cámara en una superficie que la inmovilice.
Vamos con algunos ejemplos para ver esto más claramente:

Entonces, ¿qué ocurre si subo la velocidad? Puedes verlo aquí:

En resumen, la velocidad de obturación te permite jugar con el movimiento en la imagen de muchas maneras.
Si te interesa capturar una figura que se mueve (deportistas, gente caminando, objetos en el aire, etc) y que esta se vea enfocada, usa una velocidad rápida. Si quieres crear líneas con la trayectoria de la figura que se mueve (escribir con luces en la oscuridad, hacer efectos de barrido con carros de noche, etc), usa una velocidad más lenta que permita que el sensor convierta ese movimiento en una imagen; como en este ejemplo:

Sobre imágenes de larga exposición como esta, tengo un video tutorial que lo explica paso a paso y que te recomiendo que veas 😉

Insight: Tenemos dos de tres factores, y si has leído hasta acá quizá te entra la duda: “si el obturador se abre y se cierra muy rápido, ¿cómo puedo compensar la entrada de luz para que la foto no quede oscura?”
¡Para eso tenemos el ISO! A más velocidad de obturación, puedes usar un ISO más alto para que el sensor esté preparado para recibir más luz, a pesar de que la persiana se abra y cierre súper rápido.
Apertura: profundidad de campo
El último de los factores que me interesa que tengas controlado es el de la parte de la cámara que más se parece, a simple vista, a tu propio ojo: la apertura del diafragma. ¿En qué se parece a tu ojo, te preguntarás? La respuesta es la pupila. El diafragma se encarga de enfocar y desenfocar la imagen que captura la cámara, y su información suele representarse en la pantalla así:
Es el único de los valores que hemos visto hasta ahora en el que menos es más. Me explico: mientras menor sea el número que acompaña la F en tu pantalla, más abierto estará el diafragma. Pero, ¿cómo se traduce esto en una foto?
Como mencioné antes, el diafragma es la parte del lente – u objetivo -, que enfoca la imagen y que afecta la profundidad de campo. Vamos a verlo más claro en este ejemplo:

Para hacer este retrato sin perder la profundidad de campo, que en pocas palabras es lo mucho o poco que se distingue el fondo, usé la apertura más cerrada que me permite el lente (F22). La pupila de la cámara está lo más cerrada que puede, por lo que enfoca muchísimo más (Sí, ¡como tu ojo!).
Probemos abrir el diafragma todo lo queda, a ver qué pasa:

¿Te han dilatado alguna vez las pupilas en el oftalmólogo? ¿Recuerdas qué ocurre? Los objetos que tienes más cerca son más fáciles de enfocar, mientras que los que están más lejos se pierden de vista. Eso mismo ocurre aquí. Usé la apertura de menor número posible para ese lente, que es la más abierta (recuerda, ¡menos es más!); y el resultado es una profundidad de campo menor: el fondo está desenfocado casi por completo.
Recapitulando: si quieres lograr un fondo desenfocado, abre el diafragma a todo lo que da. Si te interesa que la mayoría de los planos estén enfocados, ciérralo. Piensa en la cara que pones cuando intentas enfocar algo que está lejos.

Insight: Con toda esta información ya puedes deducir que el diafragma no solo enfoca, sino que también permite o impide que pase luz. Entonces, ¿cómo logras tener profundidad de campo sin que la foto te quede oscura? ¡Correcto! Compensas la entrada de luz con la velocidad del obturador o con el ISO, dependiendo de la imagen que quieras lograr.
¡Resumen y tips!
Con estos tres factores en mente y los gráficos que te compartí para que no olvides lo esencial de cada uno, tienes más información para configurar manualmente la imagen que quieres.
Aquí te dejo otro grupo de tips que seguramente te servirán de mucho:
- ISO para tomar fotos en exteriores de día: En principio, usa el ISO 100. Con este valor no te arriesgas a que se granule la foto y tampoco te tienes que romper la cabeza calculando la entrada de luz.
- Fotografías de cuerpos en movimiento: Cuando usas una velocidad de obturación más lenta, no puedes confiar únicamente en tu pulso. Apoya la cámara en una superficie estática o usa un trípode para evitar que lo que quede movido ¡sea la foto!
- Profundidad de campo: Jugar con la apertura del diafragma te puede permitir efectos más dramáticos en la foto, ¡pero no te olvides de la luz! Fíjate siempre en tus valores de ISO y velocidad.
Espero que esta información básica te sea útil y sobre todo, que te dé el empujón necesario para que le saques todo el provecho al modo manual de tu cámara.
Anímate a conducir tu carro sincrónico, ¡no dejes que la cámara haga el trabajo por ti!