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Bosanski
Antes que nada, vamos a dejar algo bien claro: hacer una película es un trabajo ENORME. Requiere de un esfuerzo colectivo donde la dirección de arte, la fotografía, la iluminación y la corrección de color forman un eje clave en la composición de la imagen y, por lo tanto, en la narración de la historia. Y antes que me canceles, lo sé: los guionistas, los montajistas, los productores, los técnicos de sonido, los actores y actrices, los extras, el casting, el catering… todos son importantes, pero si destaqué al equipo de arte y fotografía es porque quiero hablarte del uso del color en las películas y cómo esto influye MUCHO en la percepción del espectador.

El color es una herramienta clave para la creación. No hay duda de eso. Y si la hay, basta con revisar algún fragmento de los 32 mil años de historia de la pintura para terminar de convencerte. A través del color transmitimos información y el uso de esa información puede hacer que entendamos una historia de una u otra manera.
Ok. Hasta aquí todo bien. Ahora, ¿cómo lograrlo? Existiendo tantas combinaciones de colores posibles, ¿por dónde comenzar?
Es simple: por los colores primarios. Todo en esta vida comienza con las siglas RYB: red, yellow, blue, en inglés; rojo, amarillo y azul, en español, sumando el blanco y el negro como ausencia o saturación total de todos los colores. A partir de las distintas tonalidades que se desprenden se forma la rueda de color o círculo cromático:

Otra variable fundamental de la composición cromática es la temperatura del color, dividida en colores cálidos y colores fríos. Esto es clave en el cine y más adelante te explico por qué.
Con la combinación de distintas tonalidades (complementándose, constatándose) se generan determinados sentimientos y sensaciones en los espectadores. Si ingresas a la página www.moviesincolor.com vas a ver cientos de ejemplos donde su autora despliega la paleta principal de colores que componen distintas escenas de películas reconocidas y explica la técnica elegida y el efecto buscado.
Tabla de contenidos
- 1. La más básica: esquema de color complementario
- 2. Básico pero un poco más complejo: esquema de color combinado
- 3. Degradaciones sin tensiones: esquema de color análogo
- 4. Se complica: esquema de color triádico
- 5. Se complica en serio: esquema de color tetrádico
Para hacértelo más fácil, te resumo las principales y más conocidas técnicas:
1. La más básica: esquema de color complementario
Funciona al contrastar colores opuestos en la rueda de color. Digo “contrastar” pero el verbo ideal sería “complementar” pues, en esta técnica, cada color se encuentra con su par complementario.
Una relación 1-1. Y aquí es donde el factor de la temperatura es clave: un color cálido se encuentra con un color frío, lo que genera armonía inmediata en el cuadro, por ejemplo rojo y verde:
Cinematografía: Bruno Delbonnel
Es simple pero efectivo. Calma la vista y despierta el interés en el espectador. Por algo se trata de la técnica más generalizada en las películas.
2. Básico pero un poco más complejo: esquema de color combinado
Mantiene la misma lógica del contraste pero suma una variación más: se integran dos colores opuestos. La relación sería de 1-2.
Esto disminuye la tensión entre ambos extremos y genera más variaciones cromáticas de una misma tonalidad y temperatura.
En esta imagen de House of Flying Daggers puedes ver el uso del verde, el azul y el naranja:
Cinematografía: Xiaoding Zhao
3. Degradaciones sin tensiones: esquema de color análogo
Como ya debes haber intuido, los colores análogos se encuentran en una posición muy cercana dentro del círculo cromático. Son derivaciones de la misma familia, por así decirlo.
Aquí de nuevo es importante hablar de la temperatura: ¿se quiere generar una atmósfera cálida o fría? Para lograrlo deben predominar las variaciones cromáticas de una sola. Pensemos en una escena donde abunde la nieve, como en Fargo, o en las tomas exteriores de climas fríos como en Into the Wild:
Cinematografía: Eric Gautier
4. Se complica: esquema de color triádico
Tres colores. Uno es prominente, los otros dos acentúan. Cada color estaría ubicado en lugares distintos del círculo cromático, es decir estarían espaciados entre sí (algunos más que otros, pudiendo haber variaciones de un mismo color). Podría ser una relación 1-2 o 2-1 o 1-1-1. Es un lío, pero un lío hermoso que estimula la vista y hace que la imagen sea memorable. Solo maestros como Fellini lo han manejado a la perfección:
Cinematografía: Giuseppe Rotunno
5. Se complica en serio: esquema de color tetrádico
Ahora son cuatro colores. En este caso en una relación 2-2: dos colores cercanos del círculo cromático frente a otros dos colores opuestos. El efecto que se genera puede ser excesivo, de extrema y compleja armonía.
Acá el objetivo es crear escenas que estimulen mucho al espectador, que lo despierten, que lo deslumbre, algo que nos suele pasar a todos cuando entramos a una sala de cine. Les dejo un ejemplo bien colorido y festivo:
Cinematografía: Greg Gardiner
Comprender el uso de estos cinco esquemas cromáticos es un punto de partida para identificar las miles de variantes que pueden existir en el uso del color en el cine y cómo estas impactan siempre en nuestra percepción e invocan nuestros sentimientos más “claros” y “oscuros” (malísimo el chiste… lo siento, no pude evitarlo).
Espero que te haya gustado este artículo. Cualquier comentario será más que bienvenido.